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videos desfile militar de las 4 fuerzas de la armada y adoctrinamiento militar

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adiestramiento militarINFANTERIA DE MARINA - ADIESTRAMIENTO EN EL TEARDESFILE MILITAR PATRIOTAACADEMIA MILITAR DE VENEZUELADesfile Militar del 16 de Septiembre 2007 8 (Los Compadres)

La grandeza de ser militar

 Por Francisco Guirado Burguete es coronel de Infantería
   Militar: persona que profesa o se dedica a la milicia. Milicia Nacional: Conjunto de individuos del orden civil, que organizados militarmente se dedican a la defensa del sistema de gobierno.
   Son definiciones contenidas en el Diccionario de la Real Academia Española.
   De la primera se puede deducir que es una profesión; y, de la segunda, que lo es para la defensa del sistema de gobierno.
   Pudiera entenderse como profesión en tanto en cuanto es algo que se ejerce públicamente, pero, a mi entender, creo que para profesarla debe tenerse vocación para ello. La vocación es la inspiración con que Dios llama a algún estado. En ese sentido, podremos hablar de la profesión religiosa, de la profesión médica, y así todas en cuantas el fin primordial de ejercerlas no sea la contrapartida económica sino el servir a los demás.
   Pertenezco a una promoción de la Academia General Militar, que juró bandera en el mes de diciembre del año 1957, en el patio de armas del citado centro castrense. Era una mañana fría, en la que el Moncayo soplaba, pero no en demasía, sólo como si quisiera hacer acto de presencia y no perderse tan emotivo acto. El trémulo palpitar de nuestros corazones ante la responsabilidad que íbamos a contraer al jurar «...derramar, si es preciso, en defensa del honor e independencia de la patria y del Orden dentro de ella, hasta la última gota de vuestra sangre», así decía el juramento, juramento que se hacía a Dios, se prometía a España, y se refrendaba con un beso a la bandera, se veía incrementado cuando nuestras mentes volaban hacia África, a Sidi-Ifni, donde en aquellos momentos estaban muchos españoles dando su vida por la patria, unos como soldados de reemplazo que cumplían el Servicio Militar y otros, sus mandos, que habían jurado bandera en el mismo patio de armas sólo unos años antes.
   Desde hacía dos meses, unidades del Ejército daban cuando podían para, junto a los valencianos, quitar de las calles el barro que había dejado la riada del 13 de octubre, que tanto luto y pesar trajo a Valencia.
   En uno y otro escenario se actuaba bajo un lema común: «Servir a la patria». Qué difícil resulta servir a alguien a quien no se conoce. Qué duro y difícil cumplir un juramento que te exige dar la propia vida, si no se sabe, porque nadie se lo ha explicado, qué es la Patria. La Patria no es algo intangible, inconcreto. No. La Patria es el lugar donde se nace, el hogar donde se crece, la escuela donde se aprende a leer y escribir, la fábrica donde se trabaja, la universidad que nos forma, la novia, la familia que uno crea, los hijos... y finalmente la tierra que nos cubra. Esto sí que es algo tangible, concreto. Esto es algo a lo que todos queremos. En defensa de todo ello, para servir a todo eso, está el Militar.
   Ejemplos recientes como la ayuda para combatir incendios, un guardia civil sacando en hombros a una persona, rescatándola de una inundación en Bilbao; la muerte de un guardia civil al intentar rescatar a un conductor de su coche, arrastrado por las aguas en Cataluña; Guardia Civil a la que pocos días antes no se le permitió desfilar en la Conmemoración del Día de las Fuerzas Armadas, por razones que desconozco.
   Son ejemplos claros de ayuda y de servicio a la población.
   Actuaciones en Centroamérica, Kosovo, Bosnia y, actualmente, Iraq. Todas en cumplimiento del mandato recibido de quien tiene autoridad para ellos: el Gobierno de la Nación, aplicando lo que nuestra Carta Magna, la Constitución española, explicita en su artículo octavo, Constitución que acatamos y a la que nos acogemos.
   Allí están con su bandera, con su uniforme, con la sonrisa en los labios para ayudar a la población iraquí. Saben que quizás, Dios no lo quiera, algunos no volverán, como ha ocurrido con siete de sus compañeros. Pero no les importa. Es su deber.
   Ha extrañado la dignidad y ejemplar comportamiento de los familiares. Es natural que así sea. El dolor que sienten por la pérdida de un ser querido, se compensa en parte porque saben que han muerto en defensa de lo que habían jurado. Por todo lo expuesto, el militar se siente grande, en tanto en cuanto es grande lo que defiende, que no por otra circunstancia.
Ser militar es una profesión"

¿Iván, fuiste a hacer el servicio militar voluntariamente, o fuiste llamado como todo joven?
La verdad es que fue como todo joven. Salí caminando un día y vi las nóminas puestas. Vi que tocaba mi nombre. Me presenté, a lo mejor, sin saber que iba a quedar.

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¿Qué pensaste cuando viste que estabas en la lista?
Al principio pensé, bueno, estoy estudiando. Me lo voy a sacar, voy a presentar los papeles. Pero, cuando llegué allá vi que no era tan fácil la cosa. Se me vino el mundo abajo. Pensaba en dejar mis estudios, dejar mi familia, que iba a estar un año y medio quizás donde y además con mucho miedo, no por lo que me fuera a pasar, sino por todo lo que uno escucha afuera.

¿Tenías referencias muy malas de lo que podía ser el servicio militar?
Creo que como todo joven. Lo que se escucha hoy día es: Te van a pegar, lo vas a pasar mal, vas a sufrir. Entonces, para uno que está acostumbrado a estar con su familia, con sus papás, siempre tenerlos al ladito en cualquier cosa, igual asusta.

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¿Cómo fue la experiencia? ¿Cómo fueron los primeros meses de recluta?
Los primeros tres meses son fuertes. Fuertes en el sentido que primero te tienes que acostumbrar a no estar con tu familia. Te tienes que acostumbrar a recibir órdenes de otras personas que no conoces y de repente no entiendes por qué te las dan y mucho ejercicio físico. Ahí entendí que cuando te dicen, te van a pegar, no era eso, no usábamos esas palabras en todo caso. Pero era una cosa de mucho aporreo físico, mucho ejercicio, mucho punta y codo, hasta que las cosas salieran bien y durante los primeros tres meses son ejercicios escuela, donde todo tiene que ser perfecto. Es lo que todos miramos en los desfiles y de repente alabamos, así son los primeros tres meses y son difíciles.

¿Qué experiencia sacas tú de esos meses? ¿Vale la pena esa dificultad?
Creo que aprendí a superar cosas. Mi primera impresión fue que no iba a ser capaz de resistir el nivel de entrenamiento en el ejército. Pero, con esfuerzo y cuando iba a punta de codo para allá y para acá, decía: Tengo que ser capaz, tengo que superarlo, voy hacerlo, voy hacerlo. Hasta el día de hoy, cuando tengo algún problema, siempre pienso en forma positiva. Es decir, si pasé eso voy a pasar muchas otras cosas y las voy a superar bien.

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¿Tú dirías que vale la pena que un joven pase por esa experiencia?
Creo que sí. Creo que los jóvenes estamos un poco acostumbrados a que nos den las cosas y ahí tú aprendes a dártelas por ti mismo. En ese sentido, vale la pena.

Hay gente que cuenta que adentro los golpean, los maltratan. ¿Tuviste una experiencia así?
Estuve un año seis meses, habíamos alrededor de ochocientos jóvenes, muchos de Santiago. Incluso, tenía compañeros que eran de la universidad, estaban en su tercer semestre y se tuvieron que ir. Pero, vi un sólo caso y te lo puedo dar certificado que la persona que golpeó a ese soldado, se fue de baja. Se fue con sumario, porque lo primero que nos advirtieron en los tres meses, y es un consejo que yo nunca olvido, me acuerdo siempre de un cabo gordito y de bigotes que era el cabo Solorza, nos dijo: El que quiere pasarlo mal acá adentro, lo va a pasar mal, el que cumple con las cosas que se dicen no va a tener ningún problema y aquí no hay que ser el más vivo ni tampoco ser el más tonto. Manténganse al medio y cumplan con lo que les dicen y no van a tener ningún problema. Eso fue lo que yo hice y no tuve ningún problema.

Al joven que golpearon, ¿no hizo lo que le dijeron o se sobrepasó el oficial?
Creo que se sobrepasó un poco, porque hay límites y me acuerdo del caso de ese soldado en específico. Se arrancó del regimiento, salió sin autorización. No sé qué habrá pasado entre medio, hubo una discusión y lo golpeó; pero en el sumario se presentaron un montón de papeles y el militar fue dado de baja.

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¿Dirías que no era una práctica habitual pegarle a los conscriptos?
No, no es una práctica habitual. Lo que a mí me daba mucha risa, era una información que llegó, una circular donde decía que el palo estaba prohibido. Entonces, cualquier soldado que fuera golpeado tenía que dirigirse al comandante del regimiento y se iban a tomar las medidas del caso y así fue. Yo no vi ningún caso grave, absolutamente ninguno.

Hay gente que dice que ir al servicio militar es dejar de pensar, sólo obedecer. ¿Qué crees tú de esa frase?
Yo jamás dejé de pensar, sí obedecía. Jamás cuestioné por qué me mandaban a hacerlo, pero sí obedecía. No creo que tú dejes de pensar, no puedes actuar por iniciativa propia o no te puedes salir de los límites que te pusieron una vez, pero dejar de pensar, en lo absoluto. Pienso mejor y creo que pienso mejor que antes, porque ahora soy mucho más crítico, analizo mucho otros puntos.

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Se habla de obediencia ciega, que uno no debería obedecer ciegamente una orden...
Cuando tú estás en un trabajo; tus jefes, el gerente, tus otros jefes, te dan órdenes y tienes que cumplirlas a ciegas. Es lo mismo, exactamente lo mismo. Un ingeniero de una universidad no va a salir a mandar altiro, tiene que obedecer primero y ahí entiendes el concepto de conducta irregular. Para poder hacer algo, siempre consultar al de más arriba. Yo no soy jefe de mi empresa y obviamente tengo que, sin cuestionar, obedecer lo que diga mi jefe.

¿No crees que es bueno cuestionar de repente?
Tú puedes opinar, eso no está vedado en el ejército. Si crees que algo está mal lo puedes hablar, lo mismo que con tu jefe, con tu pareja, con tu familia. Si encuentras que algo está mal, tienes todo el derecho a decirlo. Que te hagan caso, es otra historia, pero tienes todo el derecho de decirlo.

Otra de las críticas que se hace, es que en el servicio militar se enseña a matar. ¿Sientes eso? ¿Aprendiste a matar?
A matar no, a defenderme sí. No a matar, el concepto es que te enseñen a usar armas y lo veo muy lógico. Alguien tiene que defender el país, todos los países tienen su ejército cierto, todos aprenden a disparar en caso de guerras y nosotros también tenemos que aprender a hacerlo. Si nos quieren invadir, no todos nos vamos a quedar en las casas tranquilitos.

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¿Qué piensas de aquellos jóvenes, los llamado objetores de conciencia, que creen que no deberían haber militares? Ellos no quieren hacer el servicio porque objetan el tener que ir a una institución con la que no están de acuerdo.
Yo los pondría en un caso personal. Si ellos están en su casa, se las invaden y se las quieren quitar, ¿no la defenderían? Yo creo que lo harían y matarían, harían cualquier cosa por defender lo que es suyo. Tenemos que defender nuestro país y si no tuviéramos militares ¿quién nos defiende?

¿Crees en el concepto de la patria?
Sí y para mí la patria es mucho más que la bandera, es mucho más que el terreno, son muchos otros conceptos.

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¿Cuál es el concepto que tienes tú de patria?
Para mí patria es algo que involucra todo: territorio, bandera, emblema, historias. Para mí el ejército tiene mucha historia. Yo lo pude ver. Muchas veces tuvimos que entrenar con armamento que se usó, a lo mejor, en la Guerra del Pacífico. El famoso fusil mauser, que es tremendamente pesado.
Patria involucra, también, autoridades civiles, a las personas, a todos los que vivimos en esta sociedad, en un terreno que es nuestro y que debemos defenderlo a cómo de lugar.

¿Qué te parecen aquellos jóvenes que no creen en la patria?
Dudo mucho que para ellos signifique algo alguna cosa, porque para mí hay valores primordiales. En el ejército aprendí tres cosas que están por sobre mí, que es la familia, la patria y Dios. Si ellos no creen que tienen patria, si ellos no creen que tienen que defender lo que es de ellos, tiendo a pensar que no creen en lo que es su familia, tampoco en lo que es Dios.

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¿Qué te parece que exista este tipo de gente? ¿Es válido, es respetable?
Totalmente. No todo el mundo puede creer en lo mismo y ahí está la diversidad de las personas.

¿Qué te parece que ellos quieran eliminar el servicio militar obligatorio e ir más allá, eliminar los ejércitos?
Una utopía, sería muy lindo, sería espectacular que nadie se matara, que nadie tuviera armas, que no hubieran bombas nucleares, pero lamentablemente en la sociedad en que vivimos es necesario.

¿Qué te parece eliminar el servicio militar obligatorio?
No me parece, por lo menos en Chile. Lo que pasa es que en sí el servicio militar es muy mal mirado en Chile. Pero me di cuenta, por ejemplo, en gente que era del sur, que encontraron en el servicio militar, a lo mejor no su vocación, pero sí una alternativa de vida respetable. Gente que no tenía ninguna esperanza de ir a la universidad, de estudiar o de tener un trabajo más o menos bien, hoy están en carabineros, en la marina, en aviación, en el ejército. Me parece una muy buena alternativa para la gente que en sí no tiene un proyecto de vida claro.

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¿Podría ser voluntario entonces, para aquellos que no tienen proyecto de vida y no obligatorio para el que no quiera hacerlo?
No sé si voluntario. Creo que las reglas están claras, si acá el que estudia y tiene más del tercer semestre en la universidad o está en cuarto medio, o su madre no tiene entrada de recursos, se lo saca. Pero, creo que tiene que seguir siendo así hasta que no se sienta que el ejército es una profesión. Ser militar es una profesión como cualquier otra y que incluso debiera ser mejor remunerada. En otros países el ejército es una profesión.

¿Te gustaría que se profesionalizara el ejército?
Sí, creo que ese sería un buen camino.

¿Crees que si se profesionalizara habría muchos jóvenes interesados en esta carrera?
Sí, creo que sí. El servicio militar, todo el concepto, es estar encerrado dos años, sin poder hacer absolutamente nada, donde te enseñan a disparar, te enseñan a matar, como decías tú, te pegan y un montón de cosas. Pero puede ser una alternativa real cuando ves dentro que puedes estudiar alguna carrera que no sea solamente el hecho de estar en las tropas esperando una guerra. Hay un montón de otras alternativas, como fue mi caso. Yo llevaba un poco más de estudios y me tocó trabajar en la parte contable de todos los enseres o mercaderías que llegaban al regimiento. Entonces, pasé el mismo período de recluta que todo el mundo e hice lo mismo que todo el mundo y bien. Creo que puede ser un poco más profesional.

¿Dirías que aportó a tu vida? ¿Eres distinto a lo que eras antes del servicio y post servicio?
Mi vida no cambió cien por ciento post servicio. Sigo siendo la misma persona, sigo teniendo los mismos amigos. Tengo valores que a lo mejor no todo el mundo tiene. Sé lo que es la palabra lealtad, que a lo mejor no todo el mundo la conoce o a lo mejor la han escuchado, pero no la han practicado. Pienso con más calma las cosas. Ya no aventuro tanto, me arriesgo menos. Soy una persona muy leal, muy clara en lo que quiere. Cuando tengo metas difíciles trato de alcanzarlas y lo que sí cambió harto, es la independencia que puedo tener hoy día. Antes era muy apegado a mi familia, después del servicio militar hasta mi mamá se extrañaba porque ya no era tan pegado a ella ni a mis papás, sino que estaba más fuera y me fui a vivir solo, hice otras cosas. Buscaba mi camino.

¿Crees en la frase de que el que hace el servicio militar se vuelve más hombre?
No más hombre, pero sí más autosuficiente, tratas de hacerlo todo por ti mismo

La Razón. 16 diciembre

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